No quiero más rodeos.
Quiero poder decir lo que siento cuando lo sienta.
Y quiero que los temores se disuelvan
con una simple lágrima.
No quiero más vulnerabilidad.
Quiero poder sentirme capaz de volar.
Y quiero sentir que lo hago
sin tener que despegar los pies del suelo.
No quiero más penas injustificadas.
Quiero poder reír sin ningún motivo aparente.
Y que los que estén a mi alrededor
se me unan sin ninguna razón alguna.
Hoy quiero que la vida me regale otra oportunidad.
Resulta increíble y hasta un poco gracioso el tamaño que adquiere mi naríz desde ese ángulo.
ResponderEliminar