miércoles, 17 de febrero de 2010

UN MINUTO


59, 58, 57...
No había mucho tiempo. Si confiaba en lo que le habían dicho, si pasaba más de un minuto su decisión ya no tendría importancia.
56, 55, 54...
Sin embargo, ¡Qué difícil resultaba! ¿Cómo decidir en tan pocos segundos algo que repercutiría en el resto de su vida?
53, 52, 51...
No estaba seguro de nada. Le costaba recordar hasta su propio nombre; por no mencionar el de aquella persona frente a él que lo miraba con tanta insistencia.
50, 49, 48...
Podía sentir cómo el sudor de la nuca comenzaba a correr por su espalda.
47, 46, 45...
La presión era cada vez mayor; todas las miradas estaban fijas en él. Deseaba que hubiera una forma de salir corriendo de allí sin caer en el peor de los juzgamientos.
44, 43, 42...
Podría pedir más tiempo, claro estaba. Pero, ¿de qué serviría?¿Seguiría teniendo su palabra el mismo valor después de eso?
41, 40, 39...
De pronto y sin previo aviso las náuseas lo invadieron. Cómo podía una sola persona sentir tantas cosas al mismo tiempo?
38, 37, 36...
Sabía perfectamente que podría salir de aquella horrenda situación con una simple palabra; y todo se reduciría a eso: una palabra.
35, 34, 33...
Pero...¿Qué pasaba si en realidad prefería eso a lo que sucedería despues de decirlo?
32, 31, 30...
¡Es increíble! ya había transcurrido la mitad de su tiempo y todavía no sabía si prefería huír o decir lo que todos estaban esperando oír.
29, 28, 27...
En realidad, lo que más anhelaba en ese momento era tirarse al piso y llorar. ¿Cuál era la razón de tal estúpida e inmensa tensión?
26, 25, 24...
Todas y cada una de las miradas se volvieron más ansiosas y persistentes.
23, 22, 21...
Pero la que a él más le importaba era la que tenía a unos pocos centímetros. ¿Cómo podía tener dudas con algo tan hermoso y puro?
20, 19, 18...
Despues de todo, por esa persona era por quién había llegado adonde estaba, y quizás sí valía la pena cambiar su vida por ella.
17, 16, 15...
Pero la decisión aún resultaba tan difícil...Y de a poco las ganas de llorar se fueron convirtiendo en unas increíbles ganas de gritar.
14, 13, 12...
Pero las náuseas también se fueron; y en su lugar apareció algo mucho más suave y agradable.
11, 10, 9...
El tiempo se agotada. Era ahora o nunca; debía decidir si cambiar toda su vida por algo que sí lo valía o seguir como hasta ahora y esperar a que la situación se presentase cuando estuviese mejor preparado. No parecía una mala idea...
8, 7, 6...
El problema es que esa posibilidad no se presentaría con la misma persona, y aquella perspectiva no lo atraía en absoluto.
5, 4, 3...
Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que realmente quería. ¿Cómo no se había dado cuenta antes?Si al fin y al cabo, era como había pensado antes: todo se reduce a una palabra.
2, 1...
-¡Acepto!-contestó finalmente con una perceptible nota de triunfo en la voz.
-Dicho ya todo, los declaro marido y mujer- informó el cura a la multitud.

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